domingo, 15 de mayo de 2011

perro

Te sigo, quiero alcanzarte. Estamos cerca de casa. Mientras tú avanzas a paso sostenido, un perro me detiene. Ladra peligrosamente, imagino que me morderá, está rabioso. Tomo la iniciativa. ¿Cómo se enfrenta a un perro en un sueño? Me acerco, mido mis movimientos, sobre todo el de mi mano derecha y atrapo su hocico con ella. Fue arriesgado, lo sé. No dejo que la abra. Cuando lo tengo bien sujeto lo lanzo por los aires. Se golpea en los vidrios de un tercer piso. Cae y llora. Pienso: se me fue la mano. Intento escapar del dueño, que ahora, pienso, debe ser otro perro enfurecido.

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