domingo, 16 de agosto de 2009


15 de enero

Intentan elevar a una joven en un globo aerostático, de color negro y blanco. Tiran de el como de ese parapente que hay en las playas. Ella rebota una y otra vez. Rebota sobre la nieve. No puede elevarse. La jalan desde un helicóptero. El globo no logra tener la forma adecuada para elevarse, pero a pesar de eso, cada vez esta mas alto. Me angustia el golpe que puede recibir al caer, al caer de cada vez más alto.

Ahora, quizá ese mismo helicóptero atraviesa una espesa ceja de selva. Cae, se estrella aparatosamente. Me aproximo a ver lo que quedó de ella. Sobre los restos del fuselaje yacen adheridos aves, cientos de aves. Ellas viajaban posadas en esa parte. Están golpeadas, sangrantes, quemadas, parecen polluelos recién nacidos. Agonizan. Las toco. Parecen revivir, pero solo es el reflejo. Todo eso me parece atroz, descomunal. Siento asco, mucho asco. Giro hacia la izquierda: una mujer desnuda, muerta, con rastros de sangre. Esta doblada en dos, metida en un surco próximo a los restos de la nave. Le veo la cintura, algo de la espalda. No veo mas, no le puedo ver el rostro.

Ahora soy uno de los pasajeros de la nave. Siento un dolor intenso en las palmas de las manos. Como rasguñadas, como quemadas. Me duelen los pies, siento el cuerpo demacrado, me duele el rostro. No quiero morirme. Salgo de aquella selva. No me percato y ya estoy en un poblado. He atravesado kilómetros sin darme cuenta. Mi madre me recibe. Le digo que me auxilie, que me he estrellado en un avión. Vemos una posta pero está desolada.

Estoy con un médico. Me da una pastilla. Más que tratar mis heridas corporales, hurga en mi memoria. Quiere saber cuanto recuerdo del accidente, cuando ha afectado el accidente mis recuerdos. No recuerdo que hacía en ese avión. No recuerdo de donde venia y hacia donde iba. No sé lo que he hice los últimos meses. Cuál ha sido mi trabajo, me pregunto.

Nuevamente con el médico. Esta vez me lee la palma de la mano. Me dice que todo irá bien en el futuro. Primero lee en mi palma derecha y luego lo corrobora en la izquierda. Tiene un lapicero azul con el cual cierra un círculo. Parezco intuir que habla de una mujer. Caigo en la cuenta que no recuerdo muchos años. Me habla de una decisión tomada. Al parecer estoy con una mujer. Quiero saber quien es. No me lo dice. Esa decisión ha hecho que tome aquella nave catastrófica. ¿Hay hijos? No lo sé.

En las calles, en la tv, se comenta del accidente. Soy un sobreviviente. En un momento dado se duda de la veracidad del accidente. No importa, me digo. Que así sea realidad o no a mi he pasado. Y ahora eso a servido para…no sé…ha servido para algo. Siento que ha cambiado mi existencia. Un paso liminal para otra estancia.