Paranoid
Park es un relato esperanzador, nos persuade que a pesar de vivir en un mundo
frágil, en que todo se desvanece en el aire, aún nos quedan espacios para
encontrar un mejor sentido a nuestras vidas. Allí están los pocos vínculos que
debemos trabajar con esfuerzo (a pesar de nuestra naturaleza al aislamiento) o el acto creativo para explicarnos y volvernos a narrar
aquello que nos perturba. En esta película sobre skaters, Van Sant salda
cuentas pendientes con la historia de Alephant,
en el que los adolescentes asesinos terminaban renunciando al arte, al acto
creativo, para dar rienda suelta a sus pulsiones de muerte y destrucción. La
antípoda de ese relato enfermo es el relato de Alex, un relato tímido y tierno
que apuesta por la vida a través de los vínculos y la creación.